viernes, 10 de mayo de 2013

Capitulo 16

Lo prometido es deuda, osea ya tengo otros dos capitulos y asi, publicare o tratare de hacerlo mas seguido!!!:) comente y los amare mas, les mandare un abrazo virtual! Si se dieron cuenta, pues ya saben cambie la musica me parecio mas adecuado, mas por la cancion "Stop the clocks" tiene un gran significado para este blog:')

Tengo que estudiar para entrar a la facultad y todo eso, bueno debo de estudiar porque es necesario no tanto por que quiera!

En la prepa he pasado todos mis examenes hasta ahora!! Incluso Calculo, osea en todos tengo arriba de 90, es genial!! bueno, menos en ecologia pero ya la tengo practicamente pasada! Y eso que ni estudie mucho que digamos, por no decir que ni estudie!!

Ya despues de contarles esto pues les dejo el capitulo!:) visiten mi otro blog, si les gusta la saga Crepusculo, espero no decepcionarles... ----------> esta aqui a un ladito:) 

"¿Miedo? Miedo es demostrar lo que sientes y no ser correspondido"

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-¿Asi que yo tambien estoy loca? – le pregunte enarcando una ceja.

-Por ser mi novia, probablemente. – asintio con un deje de diversión.

Por lo menos consegui que el mal humor se le pasara, de momento.

-¿Aun quieres conocer a mi loco terapeuta? – pregunto en tono jocoso claro todo para ocultar 
su desagrado con esa persona.

-No se que estamos esperando. – acepte como no queriendo. – Creo que a mi tambien me hace falta hablar con alguien.

-¿Que?

-La curiosidad mato al gato Daniel. – sonrei antes de abrir la puerta del carro y subir.

Reaunudamos el camino tranquilamente, la música de la radio ayudaba a que el ambiente no fuera del todo tenso, tampoco era comodo pero como ninguno de los dos se animaba a hablar aunque sea para decir “Que las saladitas son horneadas”, íbamos en silencio.

Estaciono en el hospital al que fui la ultima vez por el balonazo que recibi en clase de deportes, detesto los hospitales.

-Todavia puedes decir que no. – dijo Daniel al ver que no dejaba de mover mi pierna, un tic que tengo cuando estoy nerviosa y mas cuando estoy sentada a la espera.

-Ya estamos aquí, no me ire. – deje de mover la pierna con mucho esfuerzo.

-Daniel. – un hombre salio del consultorio, y vaya que me imagine todo menos que fuera su psiquiatra, se siente bien poder decir eso aunque sea en mi mente, hasta mi terco novio evita esa palabra. Se puso de pie en cuanto oyo su nombre. – Veo que tienes compañía. – enarco una ceja en mi dirección. – Adelante.

Mi novio me miro, le di un ligero asentimiento para que supiera que estaba segura de entrar.

-Mucho gusto Octavio Gaytan. – me tendio la mano.

-Victoria Villanueva. – la estreche con una sonrisa bailando en mis labios.

Se veía tan… joven, demasiado para ser doctor.

-Tomen asiento. – Daniel abrió mi silla, me sonroje sigo sin hacerme la idea a esas atenciones. - ¿Cómo te sientes esta vez? – le pregunto.

-¿Cómo se supone que deba sentirme? – le respondio mi novio con otra pregunta.

-Veo que empezamos mal, como de costumbre. – a mi lado Daniel bufo, presiento que aquí es donde todo se va al…

-¿Y tu Victoria? No crei que mi paciente favorito se dignara a traerte, ni siquiera crei posible que te lo propusiera, es una verdadera sorpresa que estes aquí. – el sarcasmo de sus palabras flotaba en el ambiente libremente.

Me removí un poco incomoda, todo fue demasiado directo.

-No tienes que responder si no quieres. – me dijo Daniel en voz alta sin importar que hubiera un tercero oyendo.

-Creo que… es demasiado sarcasmo y apenas estamos empezando. – dije trantando de aligerar el ambiente.no funciono. – Yo, bueno… no crea que fue fácil hacer que viniera, en algún momento pense que seria necesario arrastrarlo. – admiti desviando la mirada hacia el titutlo colgado de la pared.

-No serias la primera. – me aseguro con convicción.

Fije mi vista en Daniel, tenso a mi lado y fulminando con su mirada al doctor frente a el.

-Sera mejor que nos vallamos. – Daniel se levanto y tiro suavemente de mi mano.

-Sera mejor que me dejes hablar un momento en privado con tu novia. – replico el psiquiatra en tono autoritario.

-Solo será media hora. – me levante para explicarle. – no tardare mucho, estare bien. Lo prometo.

-Si algo no te gusta, quiero que salgas de aquí inmediatamente. – me susurro. – Te espero afuera.

Asentí. Deposito un beso en mis labios dejándome totalmente roja de pies a cabeza.

-Presiento que tienes muchas preguntas. – afirmo el doctor mirándome.

-Mas de las que debería. – asentí dándole la razón.

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