domingo, 5 de mayo de 2013

Capitulo 15

Lo se chorro mil años luz despues estoy aqui con una nueva entrada espero que les guste, la verdad que no he tenido tiempo de nada entre la escuela, la familia... jajaja no se crean pero ahora si que estoy tensionada con esto del examen para la facultad, y creeanme que no soy solo yo. A muchos que conozco les esta pasando lo mismo, incluso los que no son de mi mismo estado y que viven en este pais. 

Me tarde mucho en este capitulo y les juro que de perdido hare otros tres antes de publicar de nuevo en este blog, la espera sera mas larga pero subire cada semana, o eso espero.

"Si el amor no fuera una locura entonces ¿que seria? "

Me gusto mucho esta imagen, creo que va con el capitulo de hoy... bueno cada quien tiene su opinion. Ojala les guste, y si alguien me hace el gran favor de recomendarlo amare a esa persona por siempre y le hare una altar, le tomare foto y la subire al blog jajaXD. 

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Las semanas han pasado tan rápido que apenas y podía creer que ya llevo dos meses con Daniel, mi novio. Mi mama esta ansiosa por conocerlo, mi papa no tanto, mi hermana prefiere ignorarme y así es mejor, la escuela es totalmente diferente: todos están siempre mirando como si no tuvieran nada mejor que hacer, a veces es exasperante. A mi me parece molesto y Daniel por mas que trate de restarle importancia, estoy segura que esta incomodo con tanta atención y mas que eso, siempre que alguien trata de acercarse, hablarle o tocarlo, los rechaza se hecha para atrás como si tuvieran algún tipo de repelente. Ya van varias veces que sucede eso, lo he pasado por alto… pero dudo que pueda hacerlo por mucho mas. No soy de las que se hacen de la vista gorda para evitar problemas.

-¿Estas ocupada mañana por la tarde? – me pregunto Daniel de repente.

Estaba recostada en su pecho ambos tirados en el pasto, bajo nuestro árbol. Creo que con este paso tendremos que poner un letrero de reservado, sonreí espero que sea mucho tiempo junto a el.

-¿Y esa sonrisa? – levante la vista para encontrarme con sus ojos observándome, me perdi en ellos y olvide mi super-genial-e-ingeniosa respuesta.

-Cosas que a veces pienso. – lo evadi con otra sonrisa. – Y si, estare libre mañana por la tarde y pasado, y pasado del pasado… - oir la risa de mi novio no era algo que sucediera muy seguido, asi que procuro disfrutarlas con el. - ¿Porque?

-Mi… yo, esto… - se paso la mano por el cabello, lucia ¿nervioso? ¿Daniel nervioso? Que alguien sacara una foto. Lo he visto triste, deprimido, enojado, frustrado, muy de vez en cuando disfrutando de momentos alegres, pero nervioso nunca. – Estuve hablando con mi terapeuta, lleva semanas presionándome acerca de esto. – las palabras se atropellaban unas con otras. 

-Daniel, me confundiste. – puse un dedo en sus labios para que no hablara. – Espera, habla mas lento.

Tomo una respiración profunda antes de decir:

-Mi terapeuta quiere conocerte. – soltó en cuanto retire el dedo de sus labios. – No me parece que sea una buena idea, pero ha insistido tanto…

-Quiero ir. – lo interrumpí. – si tanto insiste es por algo, ¿no?

-No es necesario. – aclaro con seriedad. Algo me dice que no quiere que vaya con el. – El solo tiene curiosidad de porque me has aguantado tanto. – asevero casi enojado, ni idea de con quien.

-Entonces haré que termine su curiosidad. - me levante para sentarme en mis rodillas y mirarlo. – iremos y no aceptare un no por respuesta.

-Eres imposible. – sonrió ligeramente tanto que no sabia si en realidad fue una sonrisa.

-Es parte de mí, no puedo ir contra eso. – le asegure besándolo intentando que olvidara lo desagradable que recordó.



Daniel pasó a recogerme cinco minutos antes de las tres, ya estaba lista desde hace como media hora, creo que soy la única mujer que no se toma mas de tres horas en arreglarse. El timbre sonó y Salí disparada para recibir a mi novio.

-¿Lista? – me pregunto con una sonrisa, bueno un amago de esta por que creo que ni a intento llego.

-Mas que lista. – le asegure sonriendo por ambos. – Mama, vuelvo mas tarde.

-Esta bien hija, diviértanse. – nos deseo mama.

Mi novio respiro profundo, mi mama no sabia que a donde nos dirigimos no es precisamente un lugar para “divertirse”, ni que fuéramos a Disneyland.

-Tu mama no sabe a donde vamos, ¿cierto? – me pregunto Daniel mientras conducía  aunque intentara ocultarlo estaba mas nervioso y tenso de lo que quería demostrar.

-No creí que fuera necesario, sabe que voy contigo. – me encogí de hombros para restarle importancia. – Estaré segura.

-Si se enterara del tipo de persona que soy te querría lejos de mi. – no me gusto su comentario pero resistí las ganas de contradecirlo.

-Deja de hablar así de ti, odio cuando haces eso. – dije sin desviar mi vista del frente. – A veces creo que ni tu sabes el tipo de persona que eres. – murmure por lo bajo.

-Créeme Victoria que se el tipo de persona que soy. – ups, me oyo. – y es por eso que no querías que vinieras.

-¡Aja! Lo admites, no se porque…

-Yo si lo se. – desvíe mi vista para enfrentarlo, sus manos apretaban el volante como si quisieran destrozarlo. – Cuando descubras la mierda que es mi vida te aseguro que preferirás no haberme conocido. – sus ojos no apartaban la vista del camino, pero estaba casi segura que el enojo es visible en ellos.

Me dejo sin palabras. Nunca me había hablado así de serio, impulsivo, casi gritándome… es decir, ni siquiera lo había oído maldecir.

-Reten el carro ahora. – le pedí.

La voz se me quebró, me dolía su dolor ¿acaso no lo entendía  No entiende que lo amo y me interesa lo que le pase… un momento ¿lo amo? Maldición, no me interesa en este momento, 
claro engañate de nuevo Victoria, creo que si necesito esa terapia, oír voces en mi cabeza no es bueno o sano.

Baje del auto cuando se detuvo, tenia que tranquilizarme y no solo yo también Daniel que estaba mas susceptible que de costumbre.

-No se a donde quieres llegar con esto ahora… - lo bese para que se callara.

-Mejor ya no hables. – le pedí juntando nuestras frentes. – deja de ser un pesimista, sino vas a conocer a una Victoria enojada y no te lo recomiendo. – le advertí curveando mis labios en una sonrisa. - ¿Es tan malo que vaya?

-No quiero perderte. – murmuro. – Creo que estar contigo es la primera cosa que estoy haciendo bien, se siente correcto. – soltó un suspiro.

-A veces tengo miedo de que tú sea quien se aleje. – confesé  – a lo mejor yo también necesito terapia. – solté unas risitas.

-Todos de alguna u otra manera estamos locos. – su expresión se suavizo al decir esas palabras.

-¿Crees eso?

-Trato de convencerme. 

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